Señor, que sepamos rezar por la paz con el corazón lleno de misericordia para poder llegar a las almas más cerradas y endurecidas porque no te conocen.
Entre golpismos, huracanes infernales, bombas de hidrógeno, atentados sangrantes, dolor, sufrimiento y lágrimas, aunque cueste, amo a nuestro enemigo. Mi mejor arma es la oración, es indestructible.