A los mártires les está reservada la Corona de Justicia de Dios mismo
En la síntesis del Boletín de la Oficina de Prensa leímos la Promulgación de los decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos, a 20 de junio de 2025: Durante la audiencia concedida a Su Eminencia Reverendísima el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Sumo Pontífice autorizó al mismo Dicasterio a promulgar los decretos relativos, entre otros, a:
- el martirio de los Siervos de Dios
Manuel Izquierdo Izquierdo, sacerdote diocesano, y 58 compañeros de la diócesis
de Jaén (España), asesinados entre 1936 y 1938, en odio a la fe, en diversos
lugares de España, en el contexto de la misma persecución;
- el martirio de los Siervos de Dios Antonio Montañés Chiquero, sacerdote diocesano, y 64 compañeros de la diócesis de Jaén (España), asesinados entre 1936 y 1937, por odio a la fe, en diversos lugares de España, en el contexto de la misma persecución.
Estos procesos documentados y
acreditados hasta lo más ínfimo constatan lo dicho y escrito desde hace décadas
sobre la persecución sangrienta y exacerbada contra católicos, clérigos,
religiosos y laicos, que se sufrió desde la declaración de la segunda República
española y los años siguientes en las diversas guerras y conflictos bélicos de
nuestro país. Se sabe cómo y cuándo los martirizaron, los métodos de escarnio,
su entorno y las palabras de los que dieron hasta su último aliento por la fe
católica, enraizados en Cristo.
A lo largo de muchos años la Santa
Sede recibe expedientes de este cariz, de diversas partes del mundo, a través de la Diócesis que lo promueve.
En Tarragona, en Barcelona, en Madrid, etc. se celebraron beatificaciones de
mártires ciertamente multitudinarias y no solo por el número de fieles
asistentes sino por el gran número de Siervos de Dios que iban a ser beatificados.
A pocos kilómetros de Madrid, en el
término municipal de Paracuellos del Jarama, se ubica el Cementerio de Mártires, allí se hallan enterrados 143 mártires beatos de diferentes órdenes
religiosas, salesianos y agustinos entre otros. En una visita guiada nos
explicaron como estos santos fueron prendidos y llevados en camiones, del 7 de
noviembre de 1936 al 4 de diciembre de 1936. Después de ser maniatados con alambres
de espinos fueron fusilados. Tanto los alambres como las armas y las balas eran
soviéticos. Téngase en cuenta que, aunque han pasado muchísimos años, en las
fosas sigue habiendo varios miles de restos humanos pendientes de identificar.
A pesar de tan macabras circunstancias, al haber tantos santos no tienes la sensación de un lugar Sin Dios como en un campo de exterminio, por ejemplo, el de Dachau (Alemania) que fue construido por los nazis en 1933.
Ahora en nuestros tiempos Entre
los años 2000 y 2024, el número total de misioneros y agentes de pastoral
asesinados asciende a 608. «Estos hermanos y hermanas pueden parecer
fracasados, pero hoy vemos que no es así. Ahora como entonces, de hecho, la
semilla de sus sacrificios, que parecía morir, germina, da fruto, porque Dios a
través de ellos sigue obrando maravillas, cambiando los corazones y salvando a
los hombres» (Papa Francisco, 26 de diciembre de 2024, fiesta litúrgica de San
Esteban Protomártir) (Agencia Fides, 30/12/2024)
Y varios miles de cristianos laicos
como los perseguidos en Nigeria, Tierra Santa y muchísimos otros países de todo
el mundo.
Que podamos decir como san Pablo a
los Romanos antes de ser martirizado: He combatido el noble combate, he
acabado la carrera, he conservado la fe. Por lo demás, me está reservada la
corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no
solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.
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