Un perro no es un hijo, ni su sustituto
En diversas ocasiones, también recientes, el Papa Francisco ha hablado de la sustitución de los hijos por mascotas, y lo hablado en un sentido regañando a los matrimonios o parejas que así se comportan. En este sentido, se pronunció cuando una mujer le pidió que bendijera a su hijo mostrándole la foto de su perro. Ciertamente es lo que vemos por la calle y en muchas familias sin hijos, paseando no un perro sino varios. Lo peor de todo es que paseen al perro en un cochecito de bebé, y no es porque el perro padezca artrosis y no pueda caminar sino porque aquella mujer o aquella pareja lo ha convertido en ese hijo que no han tenido. Es traumático. Y hay que repetirlo, un perro no es hijo. Un perro es un animal. Un hijo es un hombre o una mujer, nacidos de mujer, con dignidad suficiente porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, el cual le ha insuflado un alma inmortal. Los animales no tienen esa alma espiritual que el ser humano posee. Un animal es diferente a un ser humano. O