El quehacer de los laicos

 Fuentes bien formadas, desde laicos hasta cardenales y Papas, nos están informando que las fuerzas del mal y de las tinieblas están aumentando frente al Bien por encima de todo Bien que es Dios. Incluso se atreven a advertir que los católicos seremos un reducto de la sociedad si ahora no nos ponemos en marcha en defensa de nuestra Fe. No se trata de un mensaje apocalíptico sino de una realidad que los propios católicos debemos asumir.

De ahí que ya estamos viviendo un resurgimiento de procesiones de nuestras imágenes santas que indican, más allá de su contemplación, que el cristiano quiere salir a la calle a demostrar su fe. Y bien que hacen. Ahora, no siendo Semana Santa, también los fieles sacan en volandas a sus santos para pedir que llueva que tanta falta hace en nuestro país.

Pero podemos hacer más cosas, especialmente para preservar las cosas de Dios. Sabemos que la santa misa la celebra el sacerdote en un oratorio, templo, basílica, catedral, ermita etc. y la celebra con la asamblea de fieles. Por supuesto también la puede celebrar solo. En ese sentido podemos estar muy atentos a lo que pasa y vivirlo interiormente. A la hora de comulgar, por ejemplo, hemos de hacerlo con el máximo respeto en nuestras disposiciones interiores y también en nuestra formalidad exterior. Y muy atentos a que los fieles se metan en la boca la sagrada hostia. NADA DE GUARDARLA EN UN BOLSILLO O CAJITA PARA VENERARLA MÁS TARDE ¡A LA BOCA! No hay más opción, pues el intento constante de robar las sagradas hostias consagradas para cometer sacrilegios está a la orden del día. Según la procedencia, es decir, en dónde se consagraron, están más valoradas porque el sacrilegio es aún mayor. Colaboremos, si vemos algo raro reprender al que hace algo impropio y avisar al celebrante.


En el mismo sentido sacrílego, se producen compras y ventas de reliquias de santos, o de forma engañosa de restos humanos como si fueran de aquel santo que fue enterrado en tal sitio. Los fieles laicos también podemos hacer mucho para preservar a los santos y santas de nuestra Iglesia en Cristo.

Tiempo hace que el Santo Padre Francisco conociendo más a fondo estos comercios nos advirtió a los fieles que conservemos las reliquias que tengamos de forma respetuosa, dándonos indicaciones al respecto.

Uno puede pensar que no tiene este tipo de cosas en casa, pero en otras generaciones no muy lejanas a la nuestra se transmitían en las herencias aquellas reliquias de santos y santas que habían llegado a la familia por cualquier motivo de índole religioso o familiar. También pueda ser que en una estampa se encuentre adherida una pequeña reliquia indumenti (de ropa del santo) o oxosibus (con huesos del santo) que nos la hayan regalado o heredado y esté en el fondo de un cajón.

Hemos de poner orden en casa. Localizar las estampas que suelen estar mezcladas con otras y en diversos rincones de cajones o cajas de cosas variadas o antiguas. Poner todas las reliquias juntas en una cajita de madera, de piedra, mármol, o de otro material resistente. Poner la cajita a la vista en la vitrina. Pero NO A MANO. Se trata de que no se toque. Pero de tanto en tanto, les pedimos ayuda a esos santos y santas que tenemos en casa, y que están en el cielo y que certeramente nos ayudaran, una mirada, una avemaría bastará.

 

En la INSTRUCCIÓN de la CONGREGACIÓN PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS nombrada LAS RELIQUIAS EN LA IGLESIA: AUTENTICIDAD Y CONSERVACIÓN, con aprobación pontificia de 5 de diciembre de 2017, en su parte introductoria refiere:

Son consideradas reliquias no insignes los pequeños fragmentos del cuerpo de los Beatos y de los Santos o incluso objetos que han estado en contacto directo con sus personas. A ser posible deben ser custodiadas en tecas selladas. En cualquier modo, deben ser conservadas y honradas con espíritu religioso, evitando cualquier forma de superstición y de comercialización.

Instrucción sobre las Reliquias de la Iglesia


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