Con Cristo, la carga del devenir es más ligera
Seguir
a Cristo, nuestro modelo verdadero, ni modas ni cantantes, ni falsos profetas
ni políticos de pro, sólo Él es el camino.
Nos
dice “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
Se
ha encarnado para que conociéramos al Padre. Ha venido a salvarnos, se abajó
para aliviarnos en nuestros cansancios y agobios, “Y yo os daré la paz”.
El
Evangelio también hace referencia al cansancio interior, fruto de ese pecado
capital y, muy común, de la soberbia, motivo por el cual nos alejamos de Dios
porque nos creemos superiores a los demás, y lo peor, superior a Dios.
“Aprended
de mi que soy manso y humilde de corazón”.
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