La media locura de que el mundo se acaba si no compro esa oferta
Para los cristianos, principalmente los católicos, ortodoxos, coptos y armenios, el tiempo de Navidad todavía no ha empezado, Vemos como la sociedad de consumo se dispara hacia las tiendas y a ese gasto del que se nos han dicho que el ciudadano de a pie no puede realizar, por todas aquellas razones energéticas, económicas y de guerra.
Sin
embargo, ahí vamos, con esa medio locura de que el mundo se acaba si no tengo
ese vestido tan especial o ese nuevo móvil, pues ya iré al banco de alimentos
que me dé de comer. O esas tonterías de que Porque yo lo valgo.
Sin embargo, hasta el 27 de noviembre de 2022 Primer Domingo de Adviento no se inicia ese tiempo fuerte y de espera que nos prepara para la Navidad. En las cuatro semanas siguientes, se nos pide sobriedad en el comer, en el beber, en el comprar y en todo eso que nos desparrama. También la Iglesia Universal pide a sus fieles que subamos el tono de la alegría pues el Niño Jesús está pronto para nacer y llevar a la Humanidad la salvación para la vida eterna junto a Dios.
Así
que lo mismo que preparamos nuestra alma con un profundo examen de conciencia,
planificaremos nuestras próximas celebraciones; hemos de saber qué familiares y
amigos van a venir al centro del hogar de la familia a celebrar junto a
nosotros; los horarios de las misas de Gallo; los menús realmente sobrios y con
aquellas recetas que todos esperan y que alguna de ellas puedas hacerlas uno o
dos días antes de los convites. Es decir, no salir corriendo con el carro de la
compra a adquirir lo que veas y llenar los congeladores de cosas que ni sabes
cocinar.
Como
la Santísima Virgen era la Señora de su casa, siendo de familia judía la
familia celebraba también ciertas fiestas a lo largo del año, por eso rezar y pedirle
a Ella ayuda y consejo es el inicio de un buen camino para seguir. Sobre todo,
con calma, sin perder los nervios ni la paz.
Y
coincidiendo el Primer Domingo de Adviento con la conmemoración de la Santísima
Virgen de la Medalla Milagrosa, encomendarnos a esta advocación es de una total
belleza.
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