La oración a san Miguel Arcángel nos guarda del demonio
Recientemente hemos visto al anterior presidente de los Estados Unidos, Sr. Biden, admitido en una logia masónica afroamericana como Maestro Masón, es decir, un ser honorable para la Masonería, organización que crea políticas en cada tiempo y momento alejadas de la dignidad humana con el fin de crear super hombres y super mujeres a costa de lo que sea necesario. Se dice en textos conocidos que los masones son los miembros de la masonería o francmasonería, una sociedad internacional de carácter discreto, que defiende ideas humanistas, filosóficas y filantrópicas. La masonería se organiza en logias y en una estructura jerárquica basada en grados. Entre ellos, también tenemos a muchos de nuestros gobernantes de España, Europa y del mundo.
No es de extrañar que la Iglesia
Católica se haya pronunciado en numerosas ocasiones en contra de esta
organización o de la conducta de sus miembros.
Es el caso que leímos en Vatican News:
A los católicos se les sigue prohibiendo
unirse a la masonería. Así se reitera en la respuesta del Dicasterio para la
Doctrina de la Fe de este 13 de noviembre de 2023, firmada por el Prefecto
Víctor Fernández y con la aprobación del Papa Francisco. El Dicasterio
respondió a la petición de Monseñor Julito Cortés, Obispo de Dumanguete en
Filipinas. Cortés, «después de haber ilustrado con preocupación la situación de
su diócesis, debido al continuo aumento de fieles de la masonería, pidió
sugerencias para afrontar adecuadamente esta realidad desde el punto de vista
pastoral, teniendo en cuenta también las implicaciones doctrinales» ….
… A nivel doctrinal: el
Dicasterio reitera que «la pertenencia activa de un fiel a la masonería está
prohibida, debido a la irreconciliabilidad entre la doctrina católica y la
masonería (cf. la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe de
1983, y las mismas Directrices publicadas por la Conferencia Episcopal en
2003)".
… Aclara la nota, «quienes
formal y conscientemente sean miembros de logias masónicas y hayan abrazado los
principios masónicos, quedan comprendidos en las disposiciones presentes en la
citada Declaración. Estas medidas se aplican también a cualquier eclesiástico
registrado en la masonería".
Como consecuencia de ello, nos ha de preocupar no solo la descristianización severa que se vive en Europa y en otras partes del mundo, con un aumento de la regulación normativa que limita la libertad personal, sometida al control del Estado, a la fiscalización de los bienes materiales e inmateriales de los ciudadanos, sino también a la substitución del Dios único por múltiples baales, dioses paganos y tribales, y satanismos.
Sucedió en mi barrio que sin ningún
pudor pasearon por nuestras calles una gran cabeza de animal cuernudo y salvaje
que iba dando vueltas mientras las gentes posesas de bebidas alcohólicas y
ruidos ancestrales la rodeaban y cantaban. Muchas personas, hombres y mujeres,
vitorearon al cabezudo, y así durante muchas horas para que la gente esté a la expectativa
de este nuevo dios del barrio. Todo ello limitó el paseo de las personas, así
como el descanso o el trabajo pues desde la mañana a la tarde, estuvieron
molestando con potentes instrumentos de percusión y viento. Ya no se espera a
los carnavales para hacer astracanadas, no. Crear un dios nuevo para desestabilizar
las emociones y aumentar las tentaciones son encargos del demonio, pues aquí lo
vemos vestido de fiesta y jolgorio.
Así que, para que quede claro, los
católicos inscritos en logias masónicas se encuentran en estado de pecado grave,
los que pecan contra el Espíritu Santo sin ser masones también, y los que
siguen a satán cometen el mismo pecado.
Y va de veras, pues el infierno
existe y es infinitamente grande.
Oración :
«San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la
perversidad y las acechanzas del diablo.
Que Dios manifieste sobre él
su poder, esa es nuestra humilde súplica;
y tú, Príncipe de la Milicia
Celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás y
a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo para la
perdición de las almas.
Amén.»
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