Los santos inocentes, los niños pasados a espada por Herodes
Siguiendo la liturgia de Navidad, el día 28 de diciembre se recuerda la matanza instigada por el rey Herodes en Ramá la zona de Belén donde había nacido Jesús. Las profecías indicaban que iba nacer un niño de las tierras de Judá y que sería el Rey de los Judíos. Así se lo hicieron llegar al rey Herodes que presa de pánico por creer que lo iban a derrocar, pues entonces el Imperio Romano había llegado hasta aquellas tierras, ordenó el degüello de los niños menores de dos años. Además, Jesús nació en Belén porque José y María iban de camino a censarse tal como había decretado Herodes, pero antes de llegar a su destino se produjo el alumbramiento.
El rey Herodes no sabía
exactamente cuando nació Jesús por lo que no podía establecer la edad de aquel
presunto enemigo que iba a liberar a Israel, por ello ordenó que fueran pasados
a espada todos los menores de dos años. Los soldados en tropel iban entrando en
aquellas casas de barro, paja y piedra donde vivían las familias, ejecutando a
los bebés y si las madres no los soltaban a ellas también.
Estudiosos exégetas nos han
explicado que aquel lugar era pequeño, bien diferente a la ciudad de Belén que actualmente
conocemos, y que a lo sumo fueron ocho o nueve criaturas degolladas. Ellos, sin
saberlo, murieron mártires por Jesucristo. Sabemos también por el Evangelio que
a san José en sueños se le apareció un Ángel del Señor que le dijo que tomara a
María y al niño y huyeran a Egipto hasta la muerte de Herodes, así había sido profetizado
y así lo hicieron.
Hoy es necesario reflexionar este
crimen a capricho de Herodes pues no cesan los crímenes sistemáticos, a
petición propia de madres y padres, por medio del aborto. Solamente en España,
la última cifra es espeluznante: más de 100.000 niños y niñas abortados al año,
y en aumento. Esto sí que es un exterminio permanente. La cifra de no nacidos a
nivel mundial es de millones de seres humanos asesinados. Toda una industria de
pecado sin tregua.
Por otra parte, existe una
tradición pagana de gastar bromas, decir tonterías o mentiras, tirar arañas de
plástico, bombas fétidas o cosas por el estilo. Todo esto no tiene nada que ver
con la tradición cristiana pues no tiene nada de chiste el crimen de los santos
inocentes.
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