Comentario en 7 minutos hablados sobre la Santa Misa
Para preparar el comentario he utilizado el libro que VIVIR LA SANTA MISA de monseñor Javier Echevarría, el antecesor del Padre actual, Fernando Ocáriz, al frente de la institución jurídica de la Iglesia que es el Opus Dei.
El Padre Javier cita en muchas
ocasiones a dos santos padres contemporáneos suyos san Juan Pablo II y
Benedicto XVI, a su vez al Catecismo de la Iglesia Católica, al Misal Romano y a
san Josemaría Escrivá. Es un libro cortito, fácil de leer, muy sobrenatural y bello
en su redacción.
Los que acudimos habitualmente a una
iglesia católico tenemos el deseo de oír y participar de la santa misa cada
día, no porque sea una norma impuesta por la Iglesia, que no lo es, sino porque
deseamos estar cerca del memorial del sacrificio de Jesús en la Cruz, verle
transustanciado en ese pan y vino consagrado. Siempre nos puede ocurrir que no
podemos asistir a misa, por falta de fuerzas, de ánimo, de mala salud y otros
miles de complicaciones que nos dispensa ante Dios, pero hemos de recuperar ese
ardor de corazón que nos mueve para ir aquí o allá, entrar con un
poquito de antelación en la iglesia y prepararnos para participar en el
Banquete Nupcial con el Señor. El Padre Javier nos dice: Siempre que sea
posible cuidemos el hábito de recogernos en oración inmediatamente antes de
participar en la celebración de la Eucaristía.
Fijaros que el Padre Javier nos
indica cuidar el hábito, es decir, que lo hacemos de forma natural y sin
esfuerzo. Y añade Participar activamente en la santa misa no se
identifica necesariamente con la realización de acciones externas; es
esencialmente una actitud interior, que nace de la fe y de la condición amorosa
de lo que se cumple en el Misterio eucarístico.
San Josemaría en un libro de sus homilías
titulado Es Cristo que pasa, los números 153-154 decía:
Ante todo, hemos de amar la Santa Misa que
debe ser el centro de nuestro día. Si vivimos bien la Misa ¿cómo no
continuar luego el resto de la jornada con el pensamiento en el Señor, con la
comezón de no apartarnos de su presencia, para trabajar como Él trabajaba y
amar como Él amaba? Aprendemos entonces a agradecer al Señor esa otra
delicadeza suya: que no haya querido limitar su presencia al momento del
Sacrificio del Altar, sino que haya decidido permanecer en la Hostia Santa que
se reserva en el Tabernáculo, en el Sagrario.
El Padre Javier se refiere en muchos
casos a los sacerdotes y recoge esta petición de Benedicto XVI: les pedía a los sacerdotes que tengan presente
que cuando se refiere a la relación existente entre la acción del celebrante (ars
celebrandi) y la actuación de los participantes (la actuosa participatio),
se ha de afirmar que la mejor catequesis sobre la Eucaristía es la
Eucaristía bien celebrada.
Así que hemos de rezar por los
presbíteros porque sin ellos no tendríamos misa y por todos los fieles que
acuden para que, de una manera o de otra, guarden la atención y el decoro
debidos así como se mantengan en una actitud piadosa en una celebración
sagrada.
El Padre Javier nos recordaba a los fieles
que El traje nupcial que hemos de vestir para la Boda es estar libre de
pecado mortal, purificados lo mejor que podamos de las manchas de los pecados
veniales y de las faltas que puedan afear nuestra alma. Es decir,
practicar con frecuencia la Confesión sacramental.
En el Misal Romano, en la Institución
General núm. 28 dice: La Misa consta de dos partes: la liturgia de la
Palabra y la liturgia eucarística, tan estrechamente unidas entre sí que constituyen
un solo acto de culto. Por lo tanto, no se realiza la santa misa
si se excluye alguna de las dos liturgias.
Sabemos que el Oficio del Viernes
Santo no es una misa porque no se realiza la liturgia eucarística; o cuando en
una Iglesia dicen que solo habrá liturgia de la Palabra, solo se leerán las
lecturas, las plegarias, se rezará un padrenuestro y se repartirá la comunión,
si hubiere Reserva. O en la Vigilia Pascual, que se añade el rito bautismal; en
otros casos los ritos de la confirmación, el matrimonio, la ordenación
sacerdotal o como vimos el domingo día 18 de mayo pasado La ceremonia del
Comienzo del pontificado de León XIV.
* Autora, Isabelita. Foto de la Basílica de la Purísima Concepción de Madrid, celebra el Padre Carlos.
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