Vivir la sinceridad con Dios

 Hoy es Miércoles de Ceniza, con ello se inicia el tiempo litúrgico de la Cuaresma, un  itinerario de cuarenta días en el que se nos pide a los cristianos que revisemos nuestra vida y nuestra conciencia, y nos convirtamos, para adherirnos más al Señor.

Quitémonos los pesos muertos de nuestra soberbia. No se trata de que me tengan que aguantar porque sea como soy. Se trata de que me mortifique, por ejemplo, sin gritar, sonriendo, siendo templada, que me frene, cada uno según su carácter y su temperamento. Si no es así, ofendo a Dios y a los demás.

Hemos de hacer un examen de conciencia muy íntimo para conocernos de nuevo, para corregirnos de nuestras frivolidades y perezas, entre otras cosas. Y ese examen es tan íntimo como conversar con Dios, si a Él le hablamos viviremos la sinceridad, que es lo cuenta. Todo lo demás, esas excusas, lo echaremos por la borda, pues detrás de una excusa se esconde el diablo.

Comentarios