La Eucaristía, Sacramento de Amor
Este año, el mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, empieza con la Solemnidad del Corpus Christi, lo cual nos permite adentrarnos en el amor de Dios por nosotros contemplando precisamente el Sacramento de tanto amor. Los evangelios nos presentan el momento de la institución de la Eucaristía como la manifestación extrema del amor de Dios: “habiéndolos amado, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).
La
Santísima Eucaristía, en palabras de Benedicto XVI Es el don que Jesucristo
hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre. En
este admirable Sacramento se manifiesta el amor «más grande», aquél que impulsa
a dar la vida por los propios amigos. Procuremos siempre, pero de manera especial
este mes, participar del Santo Sacramento con fervientes deseos de descubrir
este inmenso amor de Dios por cada uno de nosotros. Deseemos de verdad la Santa
Misa, recibamos su Cuerpo y su Sangre con auténtica piedad y devoción,
descubriendo a Cristo que nos ama entregándose por nosotros, mostrándonos todo
su amor misericordioso, amable y profundo.
De
esta manera, nos será fácil introducirnos en la devoción al Sagrado Corazón de
Jesús. Un corazón de carne como el nuestro pero Sacratísimo, sin corrupción y
sin ningún tipo de apego desordenado, todo lo contrario, puro y limpio,
inmenso, en el que cabemos todos. Descubriremos cómo es el amor de Dios por
nosotros, nos ama infinitamente a cada uno con toda su divinidad y humanidad. Y
ese descubrimiento nos impulsará a querer corresponder a tanto amor, anhelando
recibirlo en la Eucaristía y llevándolo a los demás, con nuestra caridad
manifestada en pequeñas obras de amor y entrega que el que se sabe amado y sabe
amar es capaz de descubrir todos los días de su vida, como la Virgen María.
Mn. Xavier
Argelich
Foto, Isabelita (La basílica de La Gran Promesa del Sagrado Corazón de Jesús, de Valladolid).
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