Camino al jubileo, camino de oración
El Santo Padre nos anima a prepararnos para el año jubilar 2025 mediante la oración. Durante estos últimos meses hemos reflexionado sobre la Santa Misa, fuente y culmen de la vida cristiana y, por lo tanto, el modo más excelso se dirigirse a Dios y tener vida de oración.
Durante
los próximos meses nos vamos a centrar en la oración como manifestación de
nuestra relación personal con Dios. No trataremos tanto de la oración
comunitaria como de la oración personal, aquella que cada uno, a su manera y
con sus palabras dirige a Dios desde su condición de hija o hijo de Dios.
En
palabras del Papa Francisco, al hablar de este año dedicado a la oración nos
anima a ser almas de “Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo
dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del
corazón. Oración como vía maestra hacia
la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en
el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia,
haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de
vida de cada uno de sus discípulos.”
El
Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual,
eclesial y social en la vida de la Iglesia. El pueblo cristiano ha vivido
siempre la celebración de un año jubilar como un don especial de gracia,
caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la
indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios. Preparémonos con
oración, busquemos recorrer este camino hacia el jubileo dedicando cada día un
rato a esa conversación filial con Dios que nos permite entablar una relación
sincera y vital con quien nos ama inmensamente.
Mn. Xavier
Argelich
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